Wade Michael Page, de 40 años, fue el autor de matar a unas 7 personas en un templo Sij en Wisconsin ayer domingo. El atacante, era un ex soldado estadounidense especializado en operaciones psicológicas, informó el Pentágono.
Page, fue abatido por la policía durante el incidente, él sirvió al ejército estadounidense entre abril 1992 y octubre 1998, y recibió varias condecoraciones por buena conducta.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó ayer su “profunda tristeza” por los fallecidos y heridos durante el tiroteo.
Un funcionario de la Defensa dijo que Page, fue reducido de rango antes de ser dado de baja del ejército hace unos 12 años. Hizo las declaraciones en forma anónima por carecer de autoridad para divulgar por ahora información sobre el sospechoso.
El funcionario dijo a AP que Page ingresó al ejército en 1992 y que fue dado de baja en 1998. El funcionario precisó que Page fue degradado de sargento a soldado raso, pero se abstuvo de mencionar el motivo.
Las autoridades investigaban los móviles del incidente, que la Policía describió en principio como un acto local de terrorismo ya que el ataque abrió fuego contra los feligreses cuando estos oraban y meditaban en el templo, mientras decenas de mujeres preparaban alimentos en la cocina del santuario para compartirlos después de los servicios religiosos entre los miembros de la comunidad, sin importar su creencia religiosa. Los asistentes corrieron despavoridos para protegerse.
Satpal Kaleka —esposa del director del templo, Singh Kaleka— estaba en la sala del frente y vio al agresor cuando entró, de acuerdo con su sobrino Harpreet Singh.
“El no habló, sólo comenzó a disparar”, dijo Singh al describir la experiencia que le relató Kaleka.
El sijismo es una fe monoteísta fundada en el sur del Asia hace más de 500 años. Cuenta con unos 27 millones de fieles en el mundo. Hay alrededor de medio millón de sijs en Estados Unidos, según algunos cálculos. En el resto del mundo, la mayoría vive en India.
En algunos lugares de la India, decenas de personas realizaron manifestaciones en las que pidieron a las autoridades estadounidenses que investiguen si el caso es un posible acto de intolerancia racial.
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